martes, 5 de julio de 2016

SINCERIDAD INTELECTUAL

En esta entrada pretendemos hacer alusión a la forma en que las palabras ajenas son tomadas o usadas por otros.
Cuando trabajamos textos y hacemos alusión o citas de ellos debemos citar correspondientemente la edición consultada del ejemplar en nuestras manos. Cuando la referencia proviene de la Web es necesario que mencionemos el link que le dio origen. El lector de nuestros trabajos críticos, de análisis literarios, tiene derecho a contrastar la información que brindamos en nuestra letra a causa de una lectura sobre la que estuvimos trabajando.

Muchas veces ocurre en clase que tras preguntar a un alumno sobre la fuente de información de la cual extrajo un informe o ciertos datos, la respuesta es: 'lo saqué no Internet'. Noooooo. Noooo y nooooo. Internet es un Universo de palabras, cómo consultar allí la opinión sobre un tema que se trajo a clase si no hay autor, link o institución a cargo de tales "encuentros", "hallazgos", al respecto. O, acaso, ¿citaríamos a un completo desconcido que nos dio charla en la calle o en un bondi para fundamentar alguna de nuestras opiniones??? Creo que no, creo que la cita de esos desconocidos sólo puede ser narrativa: a menudo contamos historias anónimas, o de conversaciones fugaces con gente que nos cruzamos por casualidad. La narración pide verosimilitud (es decir, respeto por las reglas de género: a saber, realismo, fantástico, policial, etc, cada género es un mundo con reglas propias, en un relato que pretende ser realista no puede haber vacas volando, por ejemplo) pero no citas de autoridad que la respalden.

Ergo, y consecuentemente, seamos sinceros, responsables, y tomemos nota de las referencias bibliográficas o digitales de las que hacemos uso.

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